MITO DE ORFEO
La figura de Orfeo es una de la
más simbólica de la mitología griega y la que más interpretaciones ha
originado. Existe una literatura abundante y con los años se convirtió en un
personaje de culto religioso, sobre todo culto mistérico.
Una de las tradiciones nos dice
que es hijo de Eagro, rey de Tracia, y de la Musa Calíope, inspiradora de la
poesía lírica. Orfeo es cantor, músico y poeta; se dice que es el inventor de
la lira y de la cítara, y si eso no fuera cierto se le atribuye el haber
aumentado el número de cuerdas de siete a nueve, en honor al número de Musas.
Orfeo cantaba y tocaba tan dulcemente que conmovía a piedras y fieras y
domeñaba los temperamentos más agrios.
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Mosaico romano. Museo arqueológico de Palermo |
ORFEO ARGONAUTA
Dicen que fue jefe de maniobra de
la nave “Argo” en la expedición del “Vellocino de oro” junto con Jasón y el
resto de “argonautas”, pero no remaba sino que con sus cantos daba ritmo a los
marineros y calmaba los ánimos en las tempestades y peligros. Cuando las
Sirenas intentan encantar con sus cantos a los argonautas Orfeo canta más
fuerte y de forma más seductora para atraer sus sentidos.
BAJADA A LOS INFIERNOS
Pero por lo que más se conoce a
Orfeo es por su bajada a los Infiernos tras el alma de su amada esposa
Eurídice. Estando Eurídice paseando por la orilla del río, Aristeo, cautivado
por su belleza, trató de forzarla; al intentar escapar de sus manos corría
desesperada por el campo, pisó una víbora y cayó fulminada por su veneno.
Orfeo inmediatamente bajó a los
Infiernos para rescatarla; a medida que descendía iba cantando y tocando
suavemente la lira. Su canto cautivó a todas las criaturas infernales como a
Cerbero, el perro guardián de tres cabezas y a todas las almas que allí
estaban; incluso a la implacable
Proserpina que decidió devolverle a su Eurídice por la compasión que sintió del
gran dolor de Orfeo. Pero le impuso una condición: En el camino de retorno a la
Tierra no debía mirar hacia atrás, pero Orfeo, acuciado por la curiosidad o tal
vez por la duda de si Eurídice iba tras
él, decidió mirar. Al punto, Eurídice se desvaneció y la perdió para siempre.
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Orfeo y Eurídice en los Infiernos. Federico Cervelli |
MUERTE DE ORFEO
Orfeo suplicó volver a entrar a
rescatar a su amada pero Caronte le impidió el paso por el río Leteo. Orfeo sin
esperanza se retiró a los montes evitando toda relación con mujeres y causando
el odio de estas por la fidelidad a su esposa muerta. Las Bacantes tracias,
llamadas también Ménades, se sintieron menospreciadas y lo apedrearon hasta
matarlo. Lo despedazaron y tiraron sus miembros al río que los arrastró hasta
el mar. Su cabeza y su lira llegaron a las costas de Lesbos; por esta razón
esta isla es la cuna de la poesía lírica.
Tras la muerte de Orfeo, su lira
fue transportada al cielo donde se convirtió en constelación. Su alma pasó a
los Campos Elíseos, donde sigue cantando a todas las almas que han conseguido
el feliz descanso eterno.
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muerte de Orfeo. Gustave Moreau |
MISTERIOS ÓRFICOS
En torno al mito de Orfeo,
viajero a los mundos de ultratumba, en
el siglo VII a. C. nació la teología órfica que tuvo vigencia hasta el siglo II
a. C. Orfeo era su especie de profeta, por su integridad sexual, por su
conocimiento del más allá y por la dulce melodía de sus cantos.
Supuso una contracorriente en el
modo de pensar de la Grecia ilustrada y
vitalista que consideraba la razón como único vehículo del conocimiento. Los órficos
reivindican la revelación frente a la
razón y fomentan la idea de culpa y de pecado: el hombre consta de dos
elementos, el divino o alma que es
lo que hay que salvar pues es el Principio del Bien y el cuerpo, mortal y el que hay que despreciar pues es el Principio
del Mal. Creen que el cuerpo es la cárcel del alma y una vez muerto el cuerpo
el alma realiza un proceso de transmigración sufriendo varias reencarnaciones
hasta alcanzar la total purificación y poder regresar a la divinidad. El alma
es indestructible y recibe su recompensa tras la muerte.
Proponen una vida ascética, de
sacrificio y de oración para liberar el alma de las torpezas que realice el
cuerpo. Supone una visión trágica y pesimista
Esta teología tuvo bastante
influencia en los neopitagóricos, en Platón y en el cristianismo.