LA ESCLAVITUD
La esclavitud en Roma constituyó
una verdadera institución; se puede considerar el verdadero motor de la
economía romana; sin embargo, los esclavos eran seres anodinos e
insignificantes, cuando menos. Dos nombres propios adquirieron algo de relevancia
en la historia: Espartaco, porque fue protagonista de la rebelión de esclavos mejor organizada
en Roma, y Tirón, esclavo de Cicerón, porque ideó un sistema de escritura
parecido a la taquigrafía.
La esclavitud se consideraba
normal y natural no solo en Roma sino en otras muchas civilizaciones como
Grecia, cuna de la filosofía y de la democracia. Incluso los filósofos hablan
de la esclavitud con total normalidad: “el ser humano que no se posee a sí
mismo sino que pertenece a otro, es por naturaleza un esclavo”.
Nunca nadie durante siglos
propuso ser abolida hasta la caída del imperio romano, si bien es verdad que el
Cristianismo humanizó en gran medida las condiciones del esclavo.
Sin embargo, según los analistas,
ni Grecia ni Roma se pueden considerar sociedades esclavistas puesto que el
número de esclavos nunca llegó a superar el de ciudadanos, como sucedió en los
estados sureños de América: en Roma formarían el 20% de la población y en
Grecia, el 35 %.
SITUACIÓN SOCIAL
Antes de la república el esclavo
era considerado poco menos que un animal, se incluía entre los bienes inmuebles
o parte de la infraestructura de una granja: esclavos, ganado y herramienta.
Con la expansión del Imperio y el
sometimiento de los pueblos llegaron hordas de esclavos a Roma que se
convirtieron en mano de obra barata y abundante; no había familia romana con un
nivel adquisitivo moderado que no tuviera en su propiedad al menos un esclavo.
Familias adineradas podían llegar a tener en su familia hasta cien, como nos
atestiguan algunos textos.
En esta época del imperialismo
tienen más derechos y una vida más digna, pues llegan a formar parte de la
familia, bajo la protección del “pater familias” quien tenía a su cargo a las
mujeres, a los “liberi”(hijos, hombres libres) y “servi” (esclavos).
Aunque el esclavo gozara de
dignidad y prestigio por su quehacer y cultura, no tenía apenas derechos, no
podía gozar de la ciudadanía, no podía votar, no podía poseer propiedades, ni
firmar contratos, ni contraer matrimonio.
CONDICIONES DE VIDA
Todos los esclavos compartían
esta condición, que eran una propiedad humana, pertenecían a un amo y por
tanto, carecían de derechos.
Las condiciones de vida de unos y
otros eran dispares pues dependían del grado de humanidad de sus amos.
Algunos sufrían verdaderas
penurias, vivían hacinados en pocilgas y cuadras. Los que trabajaban en fincas
agrícolas subsistían en total cautiverio; se les castigaba y azotaba, de hecho, este era un método de
imponer la disciplina a aquellos pobres hombres.
Otros, en cambio, vivían una vida
de lijo, envidiable para cualquier ciudadano libre de clase media. Su trato
dependía en gran medida de su cualificación y de su nivel cultural.
Los esclavos que vivían una vida
más o menos cómoda eran los siguientes:
·
Chicos de recados
·
Secretarios
·
Lectores
·
Médicos
·
Gramáticos
·
Maestros
·
Cocineros
·
Sirvientes
·
Contables
·
Secretarios
·
Bailarines
·
Músicos
Los que trabajaban en el campo y
en la construcción eran los que llevaban la peor parte.
En cualquier caso, el poder del
amo sobre el esclavo era absoluto, podía castigarlo, torturarlo, asesinarlo y
abandonarlo, como ocurría a menudo al llegar a la vejez, por no ser productivo.
Los esclavos bien atendidos y
queridos mostraban una gran fidelidad hacia sus amos, salvándoles la vida,
escondiéndolos en situaciones peligrosa e incluso acompañándolos al exilio.
PROCEDENCIA
Los esclavos procedían de
diversos lugares:
·
Los hombres libres podían convertirse en
esclavos si perdían todos sus bienes.
·
Los niños repudiados y expuestos a menudo eran
recogidos y criados para convertirlos en esclavos.
·
Cautivos de piratas que eran vendidos en los
mercados del imperio.
·
El mayor número de esclavos eran los prisioneros
de guerra; con la expansión del imperio esta mercancía aumentó notablemente y
su valor en el mercado disminuyó, por lo que cualquier familia medianamente
pudiente podía permitirse tener al menos un esclavo.
Los esclavos eran vendidos o
subastados como simple mercancía. El precio variaba en función de su sexo, su
cualificación, su aspecto físico o sus conocimientos. El precio bajaba cuando
llegaban al mercado hordas de prisioneros.
A partir del S. I d. C. Roma
disminuye sus guerras de conquista, por lo que llegan menos prisioneros al
Imperio. Es menester, entonces, crear una cantera de esclavos en la familia;
para ello facilitan a las esclavas la maternidad.
ESPADA DE DAMOCLES
La esclavitud era el pilar
fundamental del sistema económico de Roma, sin embargo , el hecho de que
hubiera tantos esclavos constituía una verdadera amenaza para la sociedad
romana, una espada de Damocles, que debían vigilar y controlar por temor a
posibles conspiraciones y revueltas. Había un dicho: “todos los esclavos son
enemigos”.
Durante el reinado de Nerón
surgió la propuesta de que los esclavos llevaran uniforme, pero esa idea fue de
inmediato desechada ante el temor de que se identificaran por la vestimenta y
se percataran del gran número que eran y
de la fuerza que podrían conseguir.