miércoles, 23 de noviembre de 2016

Orfeo


MITO DE ORFEO




La figura de Orfeo es una de la más simbólica de la mitología griega y la que más interpretaciones ha originado. Existe una literatura abundante y con los años se convirtió en un personaje de culto religioso, sobre todo culto mistérico.
Una de las tradiciones nos dice que es hijo de Eagro, rey de Tracia, y de la Musa Calíope, inspiradora de la poesía lírica. Orfeo es cantor, músico y poeta; se dice que es el inventor de la lira y de la cítara, y si eso no fuera cierto se le atribuye el haber aumentado el número de cuerdas de siete a nueve, en honor al número de Musas. Orfeo cantaba y tocaba tan dulcemente que conmovía a piedras y fieras y domeñaba los temperamentos más agrios.

Mosaico romano. Museo arqueológico de Palermo

ORFEO ARGONAUTA
Dicen que fue jefe de maniobra de la nave “Argo” en la expedición del “Vellocino de oro” junto con Jasón y el resto de “argonautas”, pero no remaba sino que con sus cantos daba ritmo a los marineros y calmaba los ánimos en las tempestades y peligros. Cuando las Sirenas intentan encantar con sus cantos a los argonautas Orfeo canta más fuerte y  de forma  más seductora para atraer sus sentidos.

BAJADA A LOS INFIERNOS
Pero por lo que más se conoce a Orfeo es por su bajada a los Infiernos tras el alma de su amada esposa Eurídice. Estando Eurídice paseando por la orilla del río, Aristeo, cautivado por su belleza, trató de forzarla; al intentar escapar de sus manos corría desesperada por el campo, pisó una víbora y cayó fulminada por su veneno.
Orfeo inmediatamente bajó a los Infiernos para rescatarla; a medida que descendía iba cantando y tocando suavemente la lira. Su canto cautivó a todas las criaturas infernales como a Cerbero, el perro guardián de tres cabezas y a todas las almas que allí estaban; incluso  a la implacable Proserpina que decidió devolverle a su Eurídice por la compasión que sintió del gran dolor de Orfeo. Pero le impuso una condición: En el camino de retorno a la Tierra no debía mirar hacia atrás, pero Orfeo, acuciado por la curiosidad o tal vez por la duda de si  Eurídice iba tras él, decidió mirar. Al punto, Eurídice se desvaneció y la perdió para siempre.
Orfeo y Eurídice en los Infiernos. Federico Cervelli

MUERTE DE ORFEO
Orfeo suplicó volver a entrar a rescatar a su amada pero Caronte le impidió el paso por el río Leteo. Orfeo sin esperanza se retiró a los montes evitando toda relación con mujeres y causando el odio de estas por la fidelidad a su esposa muerta. Las Bacantes tracias, llamadas también Ménades, se sintieron menospreciadas y lo apedrearon hasta matarlo. Lo despedazaron y tiraron sus miembros al río que los arrastró hasta el mar. Su cabeza y su lira llegaron a las costas de Lesbos; por esta razón esta isla es la cuna de la poesía lírica.
Tras la muerte de Orfeo, su lira fue transportada al cielo donde se convirtió en constelación. Su alma pasó a los Campos Elíseos, donde sigue cantando a todas las almas que han conseguido el feliz descanso eterno.
muerte de Orfeo. Gustave Moreau

MISTERIOS ÓRFICOS
En torno al mito de Orfeo, viajero a los mundos de ultratumba,  en el siglo VII a. C. nació la teología órfica que tuvo vigencia hasta el siglo II a. C. Orfeo era su especie de profeta, por su integridad sexual, por su conocimiento del más allá y por la dulce melodía de sus cantos.
Supuso una contracorriente en el modo de pensar de la  Grecia ilustrada y vitalista que consideraba la razón como único vehículo del conocimiento. Los órficos reivindican la revelación  frente a la razón y fomentan la idea de culpa y de pecado: el hombre consta de dos elementos, el divino o alma que es lo que hay que salvar pues es el Principio del Bien y el cuerpo, mortal y el que hay que despreciar pues es el Principio del Mal. Creen que el cuerpo es la cárcel del alma y una vez muerto el cuerpo el alma realiza un proceso de transmigración sufriendo varias reencarnaciones hasta alcanzar la total purificación y poder regresar a la divinidad. El alma es indestructible y recibe su recompensa tras la muerte.
Proponen una vida ascética, de sacrificio y de oración para liberar el alma de las torpezas que realice el cuerpo. Supone una visión trágica y pesimista
Esta teología tuvo bastante influencia en los neopitagóricos, en Platón y en el cristianismo.


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