En el programa de hoy, aprovechando que quería hablar del
mundo griego, voy a hacer una recomendación literaria. Se trata del Finalista
Premio Planeta 2016, “El asesinato de Sócrates” de Marcos Chicot.
Como libro de referencia nos viene muy bien el primer tomo de una obra de investigación arqueológica de
National Geographic sobre las grandes ciudades de la Antigüedad. En el primer
tomo se hace una panorámica en tres
dimensiones de Atenas en la época más esplendorosa así como un estudio arqueológico muy interesante sobre
el ágora, la acrópolis, el Partenón, el Erectión, el Pórtico de las Cariátides,
reconstrucción de las metopas y de los frisos. También nos ofrece una visión
sobre la vida cotidiana del momento.
La acrópolis |
“El asesinato de Sócrates” es una
novela de intriga ambientada en la Grecia clásica, en el siglo V a. C. justo en
el momento que Atenas comienza su declive hegemónico en favor de Esparta. Narra
los acontecimientos más importantes que acaecieron entre el 437 y el 399 a. C.
Está muy bien documentada y
aunque algunos personajes son ficticios la mayoría son reales. El personaje
conductor es un tal Perseo, personaje de ficción, hijo de uno de los ceramistas
más importantes de Grecia, el creador de la típica cerámica roja con fondo
negro. Su pareja es Casandra, hija de Eurípides, escritor de tragedias y gran
amigo de Sócrates.
Cerámica griega roja con fondo negro |
Asistimos a una consulta del
Oráculo de Delfos, a las incursiones espartanas contra el Ática que dieron
lugar a la Guerra del Peloponeso, a la peste que asoló Atenas al haberse
refugiado dentro de sus murallas toda la población del Ática para protegerse de
los espartanos; esta táctica fue ordenada por Pericles para no luchar
abiertamente con Esparta. Como consecuencia del hacinamiento brotó una epidemia
de peste, en la que el propio Pericles falleció. Asistimos también a las
asambleas de las ciudades, a los juegos Olímpicos. Podemos admirar el nivel
cultural de Atenas y dejarnos impresionar por la férrea disciplina espartana.
En fin una visión fidedigna de ese
periodo, pero el pilar central de la novela es Sócrates. De hecho, la novela
comienza y termina con dos de los episodios más importantes de su vida.
En el prólogo, el gran amigo de
Sócrates, Querefonte acude a Delfos a consultar a la Pitia si es cierto que
Sócrates es el más sabio de todos los hombres y la Pitia, por inspiración del
dios Apolo, le contesta que efectivamente es el más sabio de toda Grecia, pero
también le revela su muerte que no será natural sino violenta. Esta va a ser la
inquietud de Querefonte durante toda la novela y el punto de partida de lo que
va a forjar su muerte.
Termina con su muerte.
Es un filósofo ateniense del siglo V a. C. (470-399 a. C.). Es uno de
los filósofos más grandes de la filosofía universal. Maestro de Platón.
A pesar de su gran sabiduría y de
su ingenio para hacer descubrir la verdad a sus discípulos él no se consideraba
sabio, por ello su amigo Querefonte acudió a Delfos. Sócrates era consciente de
su propia ignorancia: “Solo sé que no sé nada” y ahí radicaba la revelación de
la pitonisa, pues los demás creían saber y tampoco sabían, sin embargo él sabía
esa gran cosa.
Creó la “ironía socrática” como
destreza dialéctica para poner en evidencia la ignorancia de los demás y la
mayéutica, método inductivo que le permitía llevar a los alumnos a la
resolución del problema por medio de preguntas.
Sócrates es una de las figuras
más importantes de Grecia, inicia una filosofía preocupada por el Hombre,
filosofía antropológica cuyo fin primordial es la búsqueda del Bien, de la
Justicia, del Valor y de la Virtud.. Se propuso moralizar a la juventud para
que pensara por sí misma y no se conformaran con la prosperidad que ofrecía la
democracia.
¿Por qué lo condenaron? A
Sócrates lo acusaron tres ciudadanos: Meleto, Anito y Licón. Aunque
representaban una acusación generalizada. Se le denuncia, se le juzga y se le
condena por corromper a la juventud con ideas peligrosas y por “asebeia”
(impiedad contra los dioses). Pero la realidad por la que fue llevado a los
tribunales es porque estaba resultando muy molesto a la clase dirigente, al
poner en entredicho continuamente la democracia en la que él creía
profundamente pero con unos dirigentes educados para esa labor, en virtud,
justicia y Bien. Sócrates quería una clase política formada por especialistas,
formados adecuadamente y valorados en virtud de su educación. Se puede decir
que fue el impulsor de la Ética política.
Durante el juicio se defendió
como era de esperar él solo, poniendo en práctica su ironía y ridiculizando a
sus denunciantes. Si hubiera querido habría salido indemne, pero al final del
juicio irritó al jurado y proclamaron la pena de muerte. Sócrates pudo haber
escapado ayudado por sus amigos pero no quiso, alegando que era un honrado
ateniense que cumplía las leyes hasta el final y además no le tenía miedo a la
muerte. Ante el llanto de sus amigos bebió la cicuta y profirió estas últimas
palabras: “o con la vida termina todo y entonces la paz se trueca en paz
eterna, o la vida prosigue en otro lugar y entonces allí proseguiré mis
preguntas y mis averiguaciones”.
Su juicio se puede considerar uno
de los más injustos de la humanidad.