ORÁCULO DE DELFOS
ORÁCULO DE DELFOS
Un oráculo es la respuesta divina
a cuestiones planteadas por los hombres. Responde a la necesidad del ser humano
de encontrar respuestas y de sentirse amparado en la toma de decisiones.
En la Antigua Grecia el oráculo
más consultado era el Oráculo de Delfos, lugar que se identificaba con Apolo. En Delfos se encontraba el santuario más importante de Grecia. Se consideraba el
ombligo de la tierra(omphalos), pues según la leyenda, Zeus soltó dos águilas desde dos puntos diferentes de la tierra y se encontraron en Delfos.
Estaba en la falda del monte Parnaso, monte habitado por las Musas. Apolo era el dios del arte profético, protector de las artes y líder de las Musas.
El santuario existía mucho antes de que llegara el dios Apolo; era una tierra guardada por dos serpiestes: Pitón y Delfine, animales muy vinculados a la tierra, que representan una civilización de clara tendencia matriarcal y pacífica. Apolo venció a las serpientes, pero el elemento femenino, vinculado al lugar, pervivió y la presencia de una mujer, Pitia, resultó inevitable
Pitia representa la inspiración profética, la intermediación entre el dios Apolo y el mortal. No se trata ni de una sacerdotisa ni de una intérprete.
La inspiración procedía de un factor externo: un "pneuma", un vapor que salía de la tierra, mucho antes de que se estableciese allí el oráculo. Se ha descubierto que en Delfos había un "khasma ges" (grieta en la tierra) que emanaba ese vapor con efectos inexplicables para las gentes.Las personas que inhalaban aquello proferían voces incomprensibles pero también se creía que predecían el futuro.
Estaba en la falda del monte Parnaso, monte habitado por las Musas. Apolo era el dios del arte profético, protector de las artes y líder de las Musas.
El santuario existía mucho antes de que llegara el dios Apolo; era una tierra guardada por dos serpiestes: Pitón y Delfine, animales muy vinculados a la tierra, que representan una civilización de clara tendencia matriarcal y pacífica. Apolo venció a las serpientes, pero el elemento femenino, vinculado al lugar, pervivió y la presencia de una mujer, Pitia, resultó inevitable
Pitia representa la inspiración profética, la intermediación entre el dios Apolo y el mortal. No se trata ni de una sacerdotisa ni de una intérprete.
La inspiración procedía de un factor externo: un "pneuma", un vapor que salía de la tierra, mucho antes de que se estableciese allí el oráculo. Se ha descubierto que en Delfos había un "khasma ges" (grieta en la tierra) que emanaba ese vapor con efectos inexplicables para las gentes.Las personas que inhalaban aquello proferían voces incomprensibles pero también se creía que predecían el futuro.
Hay testimonios en literatura de
consultas al oráculo, como en “Edipo Rey” donde el oráculo le predice a Layo
que su descendiente lo matará y se casará con su madre. A pesar de intentar
evitarlo no pueden escapar de su destino.
También hay casos históricos de monarcas, políticos y filósofos que consultaron el oráculo.
Sócrates intenta descubrir por qué el oráculo le dice que es el hombre más sabio de Grecia. Acude a casa de poetas, políticos, filósofos, artesanos... a comprobarlo y enseguida comprendió la respuesta del dios: él era el más sabio porque sabía una cosa, que no sabía nada, mientras que los demás creían saber no sabiéndolo.
Hacia este santuario había una
línea de peregrinaje de toda Grecia. Allí acudían comisiones oficiales a
consultar temas políticos, bélicos o de Estado. Y al abrigo de estas comitivas
iban consultantes privados para evitar el pillaje y a los asaltantes que se encontraban
por el camino, pues las delegaciones gozaban de inviolabilidad al considerarse
sagradas, se llamaban “Theoria” (búsqueda de la verdad). Los particulares
consultaban por sus negocios, futuros matrimonios, hijos, etc.
La mayoría de las veces no buscaban
respuestas sino la seguridad de que la decisión tomada por ellos era la
correcta. O sea, buscaban ratificar una decisión.
Al llegar al recinto los recibía
el embajador de su polis, pues cada una tenía asignado uno.
Las consultas se pagaban con un
sacrificio cuyo animal se compraba en Delfos.
Cuando ya se habían formalizado
los trámites, el consultante acudía al recinto donde estaba la pitia, mujer que
hablaba en nombre de Apolo.
Después de formularle la
cuestión, la Pitia bajaba a una gruta, coronada con laurel y dispuesta a entrar
en éxtasis. Masticaba laurel y bebía agua de la fuente de Casotis; se sentaba e
un trípode y entraba en trance. Las palabras que pronunciaba eran totalmente
ininteligibles pues se creía que era el dios quien hablaba para que los
sacerdotes lo interpretaban. Estos siempre sabían qué responder en beneficio
siempre de la polis y de los ciudadanos. Y en ocasiones hasta se les obligó a
cambiar la respuesta pues no había convencido a los dirigentes del Estado.
En la guerra contra los persas, el dios aconsejó a los griegos no entrar en combate, pero los griegos desoyeron el oráculo, combatieron y vencieron.
Otras veces daban respuestas ambiguas para no poner en evidencia al dios y los hombres creían oir lo que deseaban hacer.
Creso, rey de Asia Menor, quiso saber la respuesta del dios si se decidía a ataca a Persia. El oráculo predijo que un gran imperio desaparecería, Creso pensó que sería el imperio persa, sin embargo fue el suyo propio.
Bibliografía
El rayo y la espada, Bernardo Souviron. Alianza editorial
En la guerra contra los persas, el dios aconsejó a los griegos no entrar en combate, pero los griegos desoyeron el oráculo, combatieron y vencieron.
Otras veces daban respuestas ambiguas para no poner en evidencia al dios y los hombres creían oir lo que deseaban hacer.
Creso, rey de Asia Menor, quiso saber la respuesta del dios si se decidía a ataca a Persia. El oráculo predijo que un gran imperio desaparecería, Creso pensó que sería el imperio persa, sin embargo fue el suyo propio.
Bibliografía
El rayo y la espada, Bernardo Souviron. Alianza editorial
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