lunes, 22 de febrero de 2016

Origen del castellano

DEL LATÍN AL CASTELLANO

 LOS ROMANOS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
La irrupción de los romanos en la península ibérica está determinada por la enfermiza guerra con Cartago por el dominio del Mediterráneo. Las tropas de Cneo Scipio desembarcan en el año 218 a. C. en Ampurias(Girona) para frenar el avance de Aníbal  cortándole el suministro de hombres y dinero. Tras ser expulsados los cartagineses los romanos incumplen su palabra de evacuar el territorio, deciden quedarse y convertir la zona en Provincia romana. Así comienza un largo y no fácil proceso de romanización(no se completó hasta el s. I d. C.) por el que fueron sometiendo al pueblo a su sistema político, lingüístico , social y administrativo. Este proyecto marcó la historia de Hispania.

UNIDAD LINGÜÍSTICA
Cuando llegaron los romanos a la península Ibérica se encontraron un mosaico de pueblos y lenguas:
  • Los vascuences, al Norte de la península y a ambos lados de Los Pirineos.
  • Los Iberos, de origen norteafricano, se extendían de norte a sur por la franja mediterránea. De ellos proviene el nombre de Iberia para la península.
  • Los celtas, de origen centroeuropeo, se extienden por el Norte, Noroeste y centro.
  • Los tartesios se lozalizaban al sureste de Andalucía y Sur de Portugal.
  • Los fenicios en Cádiz y en Málaga
  • Los griego en Alicante y Ampurias.
  • Los Cartagineses en Cartagena.
Las lenguas prerromanas excepto el vascuence fueron abandonadas por el latín, no por sometimiento sino por admiración a esta lengua y a esta civilización. El latín dio unidad lingüística, se convirtió en instrumento de comunicación entre los romanos y los hispanos y un vehículo de la cultura grecorromana, y posteriormente de la cristiana.
El latín que aprenden a hablar los hispanos no es el latín literario, el latín culto sino el latín vulgar(coloquial, familiar, provincial), el latín de la calle, el que hablan los legionarios, los colonos y los comerciantes.
De este latín es del que derivan todas las lenguas romances.
El latín clásico les resultaba difícil no solo a la gente sin cultura sino que la gente culta relajaba mucho las normas en lengua oral: se sirven de expresiones más simples, más vivas y más expresivas.



(En proceso)




Léxico castellano


EL LÉXICO CASTELLANO

OCUPACIÓN DE LA PENÍNSULA POR LOS ROMANOS. 
Los romanos comenzaron la ocupación de la península para incorporarla a su Imperio el año 218 a. C. y la terminaron entre  los años 29 y 19 a. C.
La península, antes de la conquista, carecía de unidad lingüística: eran numerosos y casi desconocidos los idiomas que se hablaban. Los romanos lograron la unidad al imponer el latín. Sólo un idioma subsistió hasta nuestros días: el vascuence.
Sin embargo, se conservan algunas palabras procedentes de estas lenguas: vega, barro, carrasca, páramo, arroyo.
El latín del que evolucionaron las lenguas romances era el latín vulgar, es decir, una variedad coloquial y descuidada del latín culto. Esta era la lengua que hablaban los legionarios, los colonos y los comerciantes que se asentaron en la península. Más del 80% del léxico actual procede del latín vulgar.

GERMANISMOS
Los germanos, procedentes del este del Rin y del Norte del Danubio, en su larga guerra contra el Imperio romano, conquistaron la península ibérica en el s. V. Para combatir a las tribus invasoras(suevos, vándalos y alanos), los romanos se aliaron con otro pueblo germánico, el de los visigodos, que acabaron dominando la situación llegando a fundar el reino visigodo, con sede en Toledo; su primer rey fue Leovigildo (568-586). Los visigodos adoptaron el latín pero introdujeron muchas palabras germánicas que siguen usándose hoy en día: adrede, agasajar, aspa, ataviar, brotar, escarnecer, escatima, espía, espuela, esquila, estaca, galardón, ganar, ganso, guardar, guerra, guiar, parra, rico, rapar, ropa, rueca, sala, tapa, ufano, yelmo.

Abundan también los nombres propios de persona (antropónimos) de procedencia germánica: Álvaro, Fernando, Rodrigo, Rosendo, argimiro, Elvira, Gonzalo, Alfonso, etc. 
Algiunos nombres de lugar(topónimos): Mondariz, Guitiriz, Gondomar, Castrogeriz, Villafáfila, etc.

ARABISMOS
El reino visigodo no llegó a consolidarse, y le fue imposible contener a los árabes, que en 711 iniciaron la conquista de la península; ocuparon prácticamente toda la península Ibérica a excepción de algunas zonas del Norte, donde precisamente se inició la Reconquista. Durante los ocho siglos que permanecieron aquí legaron al castellano, que en estos momentos se estaba forjando, más de 4.000 vocablos.

Organización administrativa: alcalde, alguacil, albacea.
Organización militar: adalid, alférez, relato, alarde.
Vida comercial: almacén, almoneda, aduana, tarifa, arancel, alhóndiga.
Tejidos y prendas: alfombra, almohada, albornoz.
Química: alquimia, alambique, alcohol, talco, alcanfor.
Matemáticas: Álgebra, cero, cifra.
Adornos: alhaja, abalorio.
Albañilería: albañil, alcoba, azotea, tabique, alféizar, azulejo, alcantarilla.
Agricultura: arroz, alfalfa, azúcar, azafrán, berenjena, zanahoria, sandía, algarroba, alcachofa, alubia, aceituna, algodón, albérchigo, acequia, zanja, noria.

GALICISMOS
Son vocablos que proceden del francés (Galia); se incorporaron al castellano en dos épocas diferentes:
  • En la Edad Media, a través del Camino de Santiago, de los juglares y de los monjes: adobo, Alemania, barón, bastón, ciprés, coraje, cobarde, doncel, hereje, tacha, pincel, escote, estaca, galope, jamón, salvaje, joya, ligero, manjar, mantel, jamás.
  • A partir del siglo XVIII se introdujeron numerosos galicismos con la Dinastía de los Borbones: bayoneta, báscula, brillar, blonda, bufanda, brigada, chocar, gabinete, espectro, catastro, cadete, metralla, lingote, fantasear, detallar, espectador, petimetre, cadete.

ITALIANISMOS
Durante el siglo XVIII España mantuvo relaciones políticas y culturales con Italia. De esa relación adquirimos los siguientes vocablos: aguantar, apoyar, arsenal, asalto, bazofia, bicoca, bizarro, campeón, capricho cabriola, embestir, mostacho, escopeta, piloto, centinela, fragata, novela.


ANGLICISMOS
Durante el Romanticismo se incorporaron algunas palabra de origen inglés: dandy, club, bistec.
Posteriormente: tenis, golf, yate, jersey, tráiler, suéter.

INDIGENISMOS AMERICANOS
Patata, chocolate, jícara, tiburón, huracán, jauja.

HELENISMOS

Buena parte de nuestro léxico procede de la lengua griega. Nos llegaron principalmente a través del latín y en época tardía como lenguaje especializado en ciencia, filosofía y lingüística.








martes, 2 de febrero de 2016

Latinismos


LATINISMOS EN PRENSA

Kalendis februariis



Etimología de "trabajo"


TRABAJAR  (TRIPALIARE)


Quienes no tienen la suerte de disfrutar con el trabajo que desempeñan, les supone un tormento, una tortura como su propia etimología indica.
El verbo "trabajar" procede del latín tardío "tripaliare" que a su vez viene de "tripalium"      ("tri+palum"), instrumento de tortura compuesto por tres maderos en forma de aspa, uno vertical, donde se ataba al reo y se le azotaba.
El término "tripalum" por una relación de metonimia produjo un cambio de significado: de instrumento  de tortura pasó a denominarse el efecto que producía: tormento, tortura, penalidad, azote...


A principios de la Edad Media, durante el Bajo Latín, "tripaliare" pasó a denominar "trabajar", seguramente por la relación entre el duro trabajo de la época y las penalidades que ocasionaba.
"tripaliare" evolucionó al castellano de la siguiente manera: tri - tra, la "p" intervocálica evoluciona a "b", "li" a "j".
En francés tenemos "travail", lo cual nos indica que la creación de esa palabra es anterior al surgimiento de las lenguas romances.
En inglés tenemos "travel", ya que la tomó prestada del francés, pero con un significado diferente, ya que significa "viaje", quizás por el calvario que suponía viajar en aquella época, por las temperaturas rigurosas, las largas distancias, los caminos inseguros por la cantidad de asaltantes que sorprendían y robaban a los viajeros.


En latín clásico, se decía "laborare" que significa trabajar la tierra, labrar, cultivar los campos, y "labor -oris" fatiga, esfuerzo, actividad. En las zonas rurales se sigue llamando a las faenas del campo "la labor"